¿Han notado que cuando uno tiene algo no lo valora tanto como cuando lo pierde?, parece algo obvio, que nos pasa muchas veces en la vida, pero a pesar de eso casi nunca nos damos el tiempo de valorar de corazón lo que tenemos.
Hace como dos días leí una página en Internet que en parte hablaba de lo que alguien despreció en un momento y que ahora anhelaba tener, y no sé que pensar, ¿por qué no aprovechamos las oportunidades que se nos dan?, supongo que por ser seres de costumbres nos cuesta a veces arriesgarnos a cambiar, pero por esos miedos, por esa incapacidad de ver más allá de nuestros miedos nos quedamos igual que siempre, marcando el paso... ojalá pudiéramos hacer siempre lo correcto y lo que nuestro corazón anhela.
Hace un tiempo perdí a alguien a quien quería mucho, y tuve mucho tiempo para pensar en que cosas no aprecié en él, ahora nuevamente está conmigo y trato de no olvidar esas cosas, tenerlas presentes para ser feliz, para valorarlo de verdad.
Lo mismo, a veces, nos pasa con Dios, cuando estamos bien nos tendemos a olvidar de cuán tierno, amable y misericordioso es Él, características que he palpado personalemente. Tengo como una necesidad de no olvidar lo que tuve, lo que hice, lo que necesité y por sobre todo lo que extrañé cuando no lo tenía. Dar gracias día a día por tener a tantas personas queridas a mi alrededor y porque me considero una mujer afortunada y muy bendecida por Dios.
Ojalá esto nunca se me olvide.
Coté
No hay comentarios.:
Publicar un comentario