sábado, noviembre 03, 2018

En medio del proceso

Desde hace 1 año y medio estoy separada del que fue mi esposo durante 11 años...considerando nuestro noviazgo fueron más de 20 años juntos. Estos 20 años dejaron 2 hijos hermosos que son la fuente de mis mayores alegrías.

No vale la pena contar detalles ni razones de esta separación, ya en sí ha sido demasiado complicada y dura para todos.

Han sido varias etapas de este proceso...la primera fue dolor, ese dolor en el que sólo quieres estar en posición fetal para ver si esa sensación que te nace desde el estómago, el corazón o la garganta...ya ni sé....para ver si ese dolor se pasa y cerrar los ojos para que cuando los abras puedas decir "fue sólo una pesadilla"...pero eso no ocurre.

En esta etapa uno busca culpables, motivaciones y responsabilidades, fuerza las cosas y se niega a mirar lo que hay detrás...quiere retomar el matrimonio quebrado, no sé porqué,  a lo mejor para intentar hacer como si nada hubiese pasado...pero pasó y tu corazón lo sabe...lo siente. En mi caso yo tengo claro el porqué y quien es responsable de lo que ocurrió y ya no sirve analizarlo...ya es tarde. Pero esto me permite en parte entender las motivaciones el por qué.?

Después uno pasa por la etapa de la rabia; ese minuto en el que traemos a palestra los errores del otro y restregamos en su cara las consecuencias de lo ocurrido...para qué, tampoco lo sé, después de muchos meses en este proceso supongo que es primero para ver si la otra parte reacciona o para hacerla sentir más culpable de lo que ya se siente.
Esta es la etapa en que más se daña la relación...las palabras hieren mucho más que los actos y al igual que ellos siempre quedan presentes y tienen consecuencias. El asunto es que en este tiempo es muy difícil razonar...la rabia es instintiva, animal, creo que viene de nuestro sentido de preservación que nace al sentirnos heridos y/o amenazados.

En este minuto comenzó mi tiempo de duelo. Este nace a raíz de muchos intentos infructuosos de reconciliación, nace de ver, oír y sentir muchas cosas,  más de las que uno puede procesar o aceptar...Aquí sentí un dolor como de muerte, ese dolor que sólo antes sentí ante la muerte de una mujer muy importante en mi vida. Creo que pasé  de tener un dolor con esperanza a un dolor sin ninguna esperanza. Es un dolor que te entristecerá cada vez que lo recuerdes, porque te marca...te daña, y esto es necesario para comenzar a vivir el duelo de una separación. Aceptar este proceso fue lo más difícil.

No podría decirles que mi duelo terminó y que el ciclo se cerró, claro que no, ya ni siquiera sé porqué, ni tampoco podría decirles lo que siento por mi ex-esposo porqué no tengo idea. Es extraño pero es así de simple. Sólo estoy segura que a pesar de todo el daño ocasionado en la familia, en mi y sobre todo en nuestros hijos es imposible odiarlo porqué creo que finalmente esto ocurre porque quizo ser de una vez por todas sincero con nosotros y consigo mismo. Y a pesar que las mujeres actuaríamos de una manera diferente es preferible una separación a un matrimonio en el que no eres feliz por no amar a tu pareja.

Ruego cada día por no sentir lo que siento, ni tener que pasar por este proceso, sin embargo estoy convencida que todo este tiempo de dolor y cada lagrima que uno derrama trae como consecuencia una gran recompensa, y es imposible recibirla sin pasar por el desierto.

Hoy en día sólo cuento los días para poder tramitar el divorcio...me quedan 10 largos meses, pero es el mejor regalo que puedo darle a mi ex, y aunque es extraño y doloroso decirlo, creo que es la mejor opción para todos.

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