En la foto, mi hermosa hija, el motivo de mi felicidad, las ganas de seguir viviendo...mi vida.
Está creciendo rápidamente, miren...el pijama le queda cortito.
Quiero escribir porque algo me sorprendió después de mucho tiempo.
Después de una conversación, me quedé con la sensación, que después de criticar en muchos amigos lo básicos que podían llegar a ser, me sentí yo como una persona básica, incapaz de mirar más allá de los vidrios de mi oficina, incapaz de mirar mis capacidades, ¿cómo es posible que otras personas tengan que decirme de lo que soy capaz?
No entiendo tampoco como es necesario que las cosas tengan que explicármelas con manzanas, como después de tanto tiempo no había tenido la capacidad de escuchar lo que realmente otras personas querían decirme, no había sabido leer entre líneas.
Por otro lado mi vida en general la he formado hablando directamente las cosas, no me gusta incentivar las interpretaciones, esto da cabida a resultados demasiado subjetivos para mi gusto. Por eso a veces es bueno un remezón como el de hoy. Quien sabe si después de unos años las cosas han cambiado mucho...no lo sé...como dice mi mamá, hay que dejar que el agua corra bajo el puente.
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